jueves, 22 de abril de 2010

Olveiroa-Cee (21 kms): Cuando el peregrino se encuentra con el mar

Fue sin duda una etapa de transición, un día relajado tras la paliza del día anterior. En esta línea, nada tuvo de particular salir , después de un parsimonioso desayuno, a las diez de la mañana, si, ¡nada menos que a las diez!, hora a la que muchos peregrinos han recorrido ya un montón de kilómetros. Al lado de la pensión había un magnífico hórreo y lo utilizamos de marco para la fotografía de salida.
Es el primer día que gozamos de la compañía de Pepe, quien sin duda venía descansado, al menos en lo que a caminar se refiere. Fiel a costumbres de los viejos tiempos, buscó la compañía de Porota y ambos se embalaron hasta el final.

Los demás seguimos el ritmo habitual, esto es, dejando la competición de lado y disfrutando del paseo, de la conversación y por supuesto del grupo y la convivencia. De la etapa nos llamó la  atención la profusión de hórreos (al parecer Dumbría es el lugar de Galicia con mayor concentración) y la belleza y magnitud de algunos.

También hicimos un descanso en la ermita de Nuestra Señora de As Neves, que exhibe en su exterior una colección de exvotos de peregrinos que van dejando su huella en sitios como éste.

Allí le hicimos a Susanita esta simpática foto.
También paramos en un cruceiro, en el que dejamos algunas piedras, cumpliendo los ritos peregrinos.

Mucho menos nos atrajo una industria claramente contaminante por cuya vera tuvimos que pasar,
aunque poco después, a unos cuatro kilómetros del final, vimos por primera vez el mar, sin duda un momento mágico para los peregrinos que llegan del interior. 

Han pasado cinco años desde que salimos de San Jean y se nos hizo extraño andar el Camino junto al litoral, una sensación que nos acompañó hasta Muxía. En un descanso, pillamos a Irache, descansando junto a las mochilas.
Y a Ogadenia estirándose toda ella.



Como la etapa era corta sobre las 14,30 estábamos ya en el hotel Insua con la excepción de los canarios. La bajada hacia Cee, aunque con una fuerte pendiente, nos brindó un paisaje maravilloso.

Al llegar al pueblo los canarios se confundieron, pese al GPS y una llamada suya a Paco, y engordaron la etapa con cuatro kilómetros suplementarios. A esa hora hacía calor y llegaron al hotel mucho más desfondados que los demás. El personal del Insua nos sorprendió por su amabilidad, tanto en recepción como en el comedor; aparte de dar facilidades tenían ganas de hablar y de facilitar las cosas, detalle que no nos pasó desapercibido. Pudimos lavar la ropa sin problemas. y, para repartirla, montamos una especie de mercadillo en nuestra habitación. Sentado en la terraza del hotel, adonde había llegado mucho antes que los demás, Pepe nos recibió con exabruptos llamándonos  a gritos excursionistas.Serán cousas da responsabilidade da S.X....

Al marchar al día siguiente la camarera se sorprendió de que fueramos peregrinos y se nos viera tan enteros: “Hace días estuvo otro grupo, que eran de una secta, y se le veía muy perjudicados…”. Lo dicho, amabilidad a tope.
Al filo de las cuatro de la tarde comimos todos un menú que incluyó bertorella, un peixe que muchos no conocíamos y que pinta bien, del estilo de la merluza. 
Por la tarde, nos dedicamos al descanso, con paseo por Cee y Corcubión, pueblos unidos, pero el segundo de mayor interés.
Allí metimos los pies en agua para relajarlos. 
Dimos una vuelta reposada e intentamos cenar a base de tapas en cualquiera de ambos. Intento fallido. Al final, en una terraza de Cee, junto a la iglesia, en una plaza en la que luce horrorosa la casa consistorial más fea nunca vista, nos instalamos para tomarnos unos bocatas calientes, especialidad (única) de la casa, regida por un amable profesional. Previamente hemos tanteado un par de locales de tapas con mejor aspecto, pero a sus encargados la llegada de quince clientes más que interés les provocaba dentera. Por tanto, optamos por esta posibilidad única y resolvimos así la cena.
Antes de irnos a la cama, Juanma dejó patente, su "friki" querencia por los conos de señalizacion....y es que hay gente "pa tó".

1 comentario:

Unha cousa te voi dicir