domingo, 18 de abril de 2010

De Melide a Santa Irene, primera etapa (29,2 km.)

Nadie lo propuso, pero se cumplió a rajatabla toda la semana. Fuera madrugones y tranquilidad general. La norma se respetó con una aceptación llamativa incluso cuando no era conveniente. Prueba de ello es que este primer día, domingo 18 de abril, salimos ya a las 8.40, y aún alcanzamos mejores registros. Pese a la tormenta de la tarde anterior el día amaneció bien y hasta tuvimos sol, algo que nunca se agradece en largas caminatas.
                                
Durante el desayuno estuvimos de broma con cuatro maños que habíamos conocido la noche anterior en el Ezequiel. Venían de Sarria pero estaban hechos polvo y decidieron contratar los servicios de un taxista para que les llevara las mochilas al albergue de Arca. Nos reímos un poco de ellos, pero estaban tan contentos.
                                
Nos pusimos en marcha después de conocer que algunos aeropuertos del norte de España estaban cerrados por el volcán de Islandia. Desde el principio, el paisaje fue espléndido.
                            
Descansados como estábamos llegamos de una tirada a Arzúa, a    mitad del camino.
                             
Pasamos por Ribadiso, un enclave estupendo con uno de los mejores albergues del camino.
                             
Sin embargo, ya en la parada inicial dejamos claro que la coordinación no es lo nuestro. Debido a ello Feli, Álvaro, Beni y Alfonso siguieron para adelante y se perdieron la primera merecida cañita de una larga lista.

Los demás paramos en la plaza de siempre en un local nuevo. Nadie quería repetir el menú de Aquarius con napolitana al que estábamos acostumbrados en las anteriores rutas al pasar por Arzúa. Cinco kilómetros más adelante dimos alcance a los escapados.

Ilusos ellos, pensaron que enseguida localizarían donde parar, pero no encontraron un mísero bar hasta entonces. Debido a ello llegaron, podríamos decir, un tanto escangallados.
Por lo demás la etapa fue muy bonita, con bosques y paisajes agradables, lo que sería la tónica de la semana.
 
Encontramos también a un vehículo de Protección Civil que escoltaba a un grupo de 150 peregrinos de cierta edad, aunque al parecer no habían tenido incidencias. 

A cinco kilómetros del final, ya un tanto cansados, hicimos una parada en Salceda. Al aire libre nos tomamos unos majestuosos bocatas de tortilla recién hecha con pan de bolla que nos hizo sentir bastante cerca del paraíso.
 
Allí también ensayamos las primeras risas antes de recuperar la vertical y la mochila. Sobre las cuatro, y con bastante calor, llegamos a nuestro albergue privado en Santa Irene.
Es chulo y cuenta solo con 15 plazas, con lo que lo ocupamos en exclusiva. Es una casa antigua de piedra bien mantenida.
    
En la planta baja tiene cinco literas doble y una camita en una especie de hornacina (para Jaime, claro)
     
y cuatro camas de igual tamaño en un altillo. Allí fuimos expulsados los que cardamos la lana de la fama de los ronquidos (esto es Álvaro y un servidor, un tal Juanma).


Duchaditos y relajados esperamos la llegada de las incorporaciones. Primero en el exterior y luego en un saloncito-comedor con chimenea y piano.
 
Pepe trajo a Susana y se volvió con Marien, que había acompañado a Paco, Ángel y los canarios, Víctor y Ogadenia, dos fichajes de altura que demostraron buen tono, ganas de andar y facilidad para integrarse.
 

De las risas de la tarde destacar el debate tántrico en el que Porota fue la gran protagonista y la primera sesión de meditación.

Como a la gente aún le daba corte practicaron Beni y Juanma. En días siguientes la parroquia fue en aumento a fin de estar preparados para el kumano. Llegada la noche, tras una más que digna cena a base de sopa y merluza, nos retiramos después de dar un paseíto por la vieja carretera. Al parecer, no nos había llegado con la jornada oficial de andantes.

Después de acostarnos Ana montó un pequeño show a cuenta de su pijama…. ¡que supuestamente había olvidado en Melide! Al meterse en la cama lo encontró en un lugar realmente extraño: debajo de la almohada. Es lo que tiene salir de casa.

2 comentarios:

  1. Padre, me parto con el estilo que tienes meditando! Bueno, y yo creo que eso de meditar tiene poco, más bien parece que estas concentrándonte para no caerte del banco! Lo de andar escondiendo pijamas....no sé porque pero no me extraña.
    Buenas noches!

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  2. Hola a todos
    Qué bueno el blog !!! Es curioso que el nombre de Logrosa empiece a ser conocido y aparezca entre otros sitios como Roma, Finlandia, Madeira o Eslovenia... Facendo país!
    Nos alegramos de que lo pasarais muy bien en Logrosa. La verdad, es que tuvisteis mucha suerte. Vuestra churrascada fue la primera y la última, por el momento, porque no volvió a hacer una noche como aquella. Aquí hay noches de Agosto, que no se puede cenar en el jardín por el frio. Lo que me encanta del blog es lo de "dos hermanos rozando la trintena", ya que tengo 36. A Luis (27 años) ya no le hace tanta gracia... jajajaj.

    Un abrazo para todos y ya sabeis donde teneis vuestra casa.
    Antonio.

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